martes, 7 de junio de 2011

SEMANA 29. Frase de comienzo: ¿Y cuándo será el incendio?

MICRORRELATOS SELECCIONADOS


El ángel de la guarda le susurra a Fabián

Autora: Cristina Suárez Herrero
Título: Un amor ardiente

- ¿Y cuándo será el incendio?
- No sé. Seguramente por la noche. Mi mujer no sospechará nada.
- De acuerdo. Para ti el dinero y para mí el coche y las joyas.
- Hecho.
Melinda se despierta en un charco de sudor frío y le dice su marido:
- ¿Estás bien, cariño?
- Sí, sólo ha sido una pesadilla.
- Anda, sigue durmiendo.
- ¿Dónde vas?
- No tardaré. Voy a calentar la habitación: el ambiente está frío.

Autor: Adrián Romero Guerrero
Título: Septiembre

- ¿Y cuándo será el incendio?
- Fue hace diez años, el día once de este mes.
- Entiendo… ¿Y hace cuánto que llevamos en democracia?
- Seguimos esperándola.
- Lo suponía.

Autor: Diego Chillón Pino
Título: Odio sin razón

- ¿Y cuándo será el incendio?
- Esta noche. En la casa de Jacob.
- Estarán sus padres?
- Por supuesto.
- Perfecto. Hasta esta noche. ¡Heil Hitler!

Autora: Luisa Guzmán Hermoso
Título: Engaño

El ángel de la guarda le susurra a Fabián con una voz dulce y suave:
- Hazlo.
Pero justo antes de bajar el hacha le llega un fuerte olor a azufre: le ha vuelto a engañar.

Autora: Bárbara Tello Durán
Título: Confesión

El ángel de la guarda le susurra a Fabián: “Mírala, mírala. Es bastante linda”.
Él alza la vista perdiendo la concentración en la variación; la mira, observa cómo sus delicadas manos se mueven al compás de la música al igual que la brisa mueve las hojas al compás del piar de los pájaros.
- Sí, vale, lo admito: yo, Fabián Delgado Gómez, estoy locamente enamorado de mi profesora de baile.

Autora: Lucía Sánchez Martín
Título: Noche cerrada

El ángel de la guarda le susurra a Fabián, como cada noche, que el dolor pasará rápido. Las punzadas en la columna aumentan proporcionalmente a la presión ejercida por los músculos en la ropa que ya empieza a agrietarse. Siente cómo se dilatan sus pupilas y no puede evitar dedicarle un estremecedor aullido a la luna llena.

SEMANA 28. Frase de comienzo: ¿Puedo quedarme con sus juguetes?

Autora: Paula Domínguez Domínguez
Título: Punto negro

- ¿Puedo quedarme con sus juguetes? Yo quiero su moto.
- Cariño, la moto no es un juguete…
Según las estadísticas, diecisiete minutos en el arcén de una carretera, tras un accidente, son mortales.
Yo llevaba una semana de luto sin querer saber nada de las estadísticas.
Cuando las flores se sequen, aquel punto negro será aún más negro.

Autora: Bárbara Tello Durán
Título: Pregunta cruel

- ¿Puedo quedarme con sus juguetes?
Oí la pregunta pero no quise escucharla. La aparté rozándola con mis dedos y sus rubios caracoles se entrelazaron como la paja del sombrero. No me lo podía creer: la casa infestada de policías que, como cucarachas negras, corrían de un lado a otro. Afuera sólo se oían sirenas y llantos. Ella, tan pequeña, estaba tirada en el suelo con la vida arrebatada y los juguetes esparcidos por toda la habitación. Y a su hermana, ajena a la situación, sólo le preocupaba una cosa: ¿quién se quedaría con aquella cantidad de juguetes?

Autora: María Sirgo González
Título: Para su hermano pequeño, una letal epidemia bacteriana; para todos los demás, el aún más terrible virus del maltrato escolar

¿Puedo quedarme con sus juguetes, mamá?

miércoles, 18 de mayo de 2011

SEMANA 27.Toca jotas

Autora: María Sirgo González
Título: Lluvia destructiva

“Toca jotas”, malpronunció Tomás. En una mano sostenía el vaso de Whisky y con la otra sujetaba los naipes. Pocos segundos después, soltó un suspiro acompañado de unas palabras que, al menos, sonaron afectuosas.
Todo habría sido distinto si no hubiera aparecido ese desgraciado tumor. Seguro que, si ella aún estuviese viva, no llovería tanto sobre los tejados mohosos de esta ciudad. Desde luego, seguro que Tomás no se sentaría tan a menudo a mi lado para emborracharse desenfrenadamente.

Autor: Marco Muñoz Pérez
Título: A prueba de niños

“Toca jotas”, dijo el encargado. Simultáneamente señaló una esquina y algunos como yo fuimos trasladados a ella. Prosiguió la lista y, cuando todos los grupos estaban ordenados, empezamos a ser bruscamente agarrados y retorcidos. Se supone que estábamos preparados para esto. No era cierto: ahora me faltan varios miembros. ¡Qué suerte que mañana nos vuelvan a dejar como nuevos! Ser de la sección infantil de la biblioteca no es nada fácil.

Autora: Cristina Suárez Herrero
Título: El corte perfecto

-¡Toca jotas! Su color es perfecto, un rojo apagado que brilla con el oro líquido que cae suavemente sobre él.
-Sí, pero su textura es aún mejor. Un sabor salado, jugoso, y un corte fino. Esperaremos a que den el resultado final.
Las dos chicas se sentaron junto a los otros degustadores de esa temporada. Un hombre trajeado con chaqueta y pantalón negros y una espantosa corbata amarilla se subió al escenario y dijo:
-El ganador de esta temporada es “5 jotas”. Felicidades a los demás jamones y buen provecho.

Autora: Raquel Fernández Gallego
Título: Quien se pelea se desea

“Toca jotas”. Así llamamos a Cinthya a veces, porque en el típico juego de las latas en el que vas girando el cierre y diciendo el abecedario, cuando su cierre se desprende, siempre le toca la jota, la jota de Javi, y siempre se acaba enfadando porque le decimos que el destino nunca falla. Pero ella sigue alegando que no lo soporta y que ella es dueña de su destino. Aunque, claro, si no le hacemos caso al destino, podemos hacerle caso a ese famoso refrán…


Autor: Diego Chillón Pino
Título: Escuela

-Toca jotas. Ahora la a. recoge los papeles. Haz esta ficha…
Estaba hasta las narices de esa tirana asquerosa. Ya no la aguantaba más, así que cogí el teléfono de Pedro Picapiedra y se lo tiré a la cabeza. Se enfadó mucho y me vinieron a recoger papá y mamá. Al menos ese día no la vi más, pero tendría que verla el resto del curso.

SEMANA 26. Este gordo ocupa mucho lugar

Autora: Imane Dergual
Título: Matrimonio de oro

Este gordo ocupa mucho lugar. Cuando viene de su trabajo, me despierta al meterse en la cama y me deja un lugar muy pequeño; además, ronca mucho. Menos mal que trabaja todo el día y cuando viene ya estoy dormida. Detesto estar con él los fines de semana y en las vacaciones. Pero hay cosas que me encantan de él. Por ejemplo, su flamante tarjeta de crédito.

Autora: Nerea Vera Burgos
Título: Evacuación

“Este gordo ocupa mucho lugar en el avión. Con las reservas que tenemos, esta boca es demasiado grande como para alimentarla”. Discusión y movimientos bruscos de puertas acompañados de un leve grito. Ya están contentos: el vacío ocupa el avión.

SEMANA 25. Todos apretujados en aquel enorme congelador

FRASE DE COMIENZO:

Autor: Adrián Romero Guerrero
Título: Hielo

Todos apretujados en aquel enorme congelador, quietos, ni un solo suspiro, tan solo el aire resonando en las metálicas paredes.
Una avalancha de pisadas se aproximaba a la sala: el tanatorio se llenó de dolor.

Autor: Marco Muñoz Pérez
Título: El congelador siniestro

Todos apretujados en aquel enorme congelador. No era uno corriente: ahora todos los que residían dentro eran iguales. Tanto los barrenderos y cajeros como los grandes abogados que lo ocupaban tenían la misma importancia, el mismo trato, el mismo destino: una visita del forense.

Autora: María Sirgo González
Título: Polo Norte

Todos apretujados en aquel enorme congelador humano. Todos eran víctimas del accidente aéreo.
De golpe, me vi viajando por el espacio estelar, contemplando la grandeza del universo, como un astronauta más. Millones de estrellas me rodeaban y alguna estrella fugaz pasaba relativamente cerca. No tengo mucha idea, pero a lo lejos creí distinguir Saturno, la Osa Mayor y la constelación de Orión. A medida que se me pasaban los efectos del golpe, me sentía menos astronauta.

Autora: Sofía Moro García
Título: Un congelador extraño

Todos apretujados en aquel enorme congelador, vestidos de forma extraña, en pijama; todos asustados, temerosos de que algo pase… Yo sólo observo, aprendo de mis superiores y me limito a obedecer sin preguntar. Se oyen golpes, personas desplomadas en el suelo. Olvido. Vuelvo a llenar el congelador.

Autor: Jonathan Tadeo Leiva
Título: Consecuencias

Todos apretujados en aquel enorme congelador. Así estábamos. Se nos acababa el aire y cada vez estábamos más cerca de la muerte. Hiciéramos lo que hiciéramos, moriríamos. Uno por uno fuimos cayendo, como moscas. Primero, Fernández; después, González; tras él, i hermano. Me habría gustado reprocharle: “Te lo dije”. Y así, una larga lista de familiares y amigos hasta que me quedé solo. Entonces, silencio.



Autora: Lucía Sánchez Martín
Título: 13 de octubre de 1972

Todos apretujados en aquel enorme congelador como si de sardinas nos tratásemos. No recuerdo experiencia peor, la verdad. Nos apretujábamos los unos contra los otros en un inútil intento de conseguir unos grados de temperatura y buscábamos comida debajo de las piedras, literalmente. Aún no estoy seguro de qué llegó primero: el canibalismo, la desesperación o el ansia de supervivencia.

Autor: David Vives Kruse
Título: Locura violenta

Todos apretujados en aquel enorme congelador y, aunque el congelador fuera más grande, también se llenaría en poco tiempo. Esto es deprimente: cada día veo entrar muertos de personas que no merecían morir. Esto no parece un hospital, parece un cementerio. Yo espero el día en que termine la masacre. Y rezo a Alá para que Gadafi reflexione sobre sus actos.

Autora: Sara Urbaneja Delgado
Título: Una pequeña broma

Todos apretujados en aquel enorme congelador sin poder respirar aire puro. No sabíamos qué hacer: estábamos aburridos, pero a la vez tranquilos, pues sabíamos que pronto nos sacarían de allí. Nos pusimos a comer helado hasta hartarnos. Por fin, unos policías armados nos sacaron de ese congelador y nos llevaron a comisaría. Lo pasamos bastante mal, pero fue una tarde entretenida. Es lo que tiene ser un adolescente de 15 años…

viernes, 22 de abril de 2011

SEMANA 24ª

Frase de comienzo: Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura.

Autora: Lucía Sánchez Martín
Título: Érase otra vez

“Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura”. La madre cerró el libro y observó a su hija dormir tranquilamente. Sabía perfectamente lo que acababa de hacer y la conciencia la reconcomía por dentro. A partir del primer cuento de hadas no hay escapatoria: su hija sería otra víctima del príncipe azul que nunca llega.

Autora: Nerea Vera Burgos
Título: ¿Realidad o ficción?

“Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura se apartó de la princesa en cuanto vio su abultada barriguita”. La arropó y le dio el beso de buenas noches. No podía más: la historia familiar la superaba…

Autora: Raquel Fernández Gallego
Título: Y la princesa eligió a la rana

“Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura, un valiente príncipe que salvó a la princesa en apuros, el futuro rey más codiciado por su poder y belleza pide matrimonio a una vulgar costurera…”
Siempre imponiendo prejuicios y poniendo etiquetas. Ya es hora de cambiar, ¿no?

Autor: Jorge Arroyo Blanca
Título: Besos letales

Un apuesto joven a la que besó en los labios con dulzura fue el elegido por Pícara. Fue un beso fulminante: pasión y dulzura para sus labios, y veneno para su corazón.

SEMANA 23ª.

Frase de comienzo: Ella sabrá lo que hace

Autor: Adrián Romero Guerrero
Título: Noventa y ocho velas

“Ella sabrá lo que hace”, pensé. Cumplía noventa y ocho años y estaba como un roble. Sopló tan fuerte que despegó las llamas de las velas y la vida de su cuerpo.

Autora: María Sirgo González
Título: Cogito ergo sum

Ella sabrá lo que hace y lo que no hace, pero no me hará pensar que mi teoría no es válida: “Estás leyendo esto y vas a introducirte en mi mundo con pocas palabras. Pero tengo una verdad para contarte: somos nada en medio de la nada y eso… ¡nos hace completos! Somos pensamientos y, al pensar, nos hacemos físicos. Sí, puedes verlo. Estás terminando de leer esto, pero acabas de empezar porque logro abrir un pequeño espacio en tu mente que abarcará justamente cien palabras. Terminas de leer justo ahora. Comienzas a partir de aquí. Estás leyendo y, además, pensando. Eso te hace existir”.

Autora: Imane Dergual
Título: Idénticas

Ella sabrá lo que hace, siempre lo ha sabido. Yo no quiero que le pase nada malo, pero, bueno, ella sabe cómo hacer sus planes: los hace con tranquilidad y demasiada seguridad y entusiasmo. En cambio, yo estoy muy nerviosa, porque sé que, si sale algo mal, cargo yo con la culpa, aunque no haya hecho nada. Somos tan diferentes en nuestra forma de ser… Parece mentira que seamos gemelas.