martes, 7 de junio de 2011

SEMANA 29. Frase de comienzo: ¿Y cuándo será el incendio?

MICRORRELATOS SELECCIONADOS


El ángel de la guarda le susurra a Fabián

Autora: Cristina Suárez Herrero
Título: Un amor ardiente

- ¿Y cuándo será el incendio?
- No sé. Seguramente por la noche. Mi mujer no sospechará nada.
- De acuerdo. Para ti el dinero y para mí el coche y las joyas.
- Hecho.
Melinda se despierta en un charco de sudor frío y le dice su marido:
- ¿Estás bien, cariño?
- Sí, sólo ha sido una pesadilla.
- Anda, sigue durmiendo.
- ¿Dónde vas?
- No tardaré. Voy a calentar la habitación: el ambiente está frío.

Autor: Adrián Romero Guerrero
Título: Septiembre

- ¿Y cuándo será el incendio?
- Fue hace diez años, el día once de este mes.
- Entiendo… ¿Y hace cuánto que llevamos en democracia?
- Seguimos esperándola.
- Lo suponía.

Autor: Diego Chillón Pino
Título: Odio sin razón

- ¿Y cuándo será el incendio?
- Esta noche. En la casa de Jacob.
- Estarán sus padres?
- Por supuesto.
- Perfecto. Hasta esta noche. ¡Heil Hitler!

Autora: Luisa Guzmán Hermoso
Título: Engaño

El ángel de la guarda le susurra a Fabián con una voz dulce y suave:
- Hazlo.
Pero justo antes de bajar el hacha le llega un fuerte olor a azufre: le ha vuelto a engañar.

Autora: Bárbara Tello Durán
Título: Confesión

El ángel de la guarda le susurra a Fabián: “Mírala, mírala. Es bastante linda”.
Él alza la vista perdiendo la concentración en la variación; la mira, observa cómo sus delicadas manos se mueven al compás de la música al igual que la brisa mueve las hojas al compás del piar de los pájaros.
- Sí, vale, lo admito: yo, Fabián Delgado Gómez, estoy locamente enamorado de mi profesora de baile.

Autora: Lucía Sánchez Martín
Título: Noche cerrada

El ángel de la guarda le susurra a Fabián, como cada noche, que el dolor pasará rápido. Las punzadas en la columna aumentan proporcionalmente a la presión ejercida por los músculos en la ropa que ya empieza a agrietarse. Siente cómo se dilatan sus pupilas y no puede evitar dedicarle un estremecedor aullido a la luna llena.

SEMANA 28. Frase de comienzo: ¿Puedo quedarme con sus juguetes?

Autora: Paula Domínguez Domínguez
Título: Punto negro

- ¿Puedo quedarme con sus juguetes? Yo quiero su moto.
- Cariño, la moto no es un juguete…
Según las estadísticas, diecisiete minutos en el arcén de una carretera, tras un accidente, son mortales.
Yo llevaba una semana de luto sin querer saber nada de las estadísticas.
Cuando las flores se sequen, aquel punto negro será aún más negro.

Autora: Bárbara Tello Durán
Título: Pregunta cruel

- ¿Puedo quedarme con sus juguetes?
Oí la pregunta pero no quise escucharla. La aparté rozándola con mis dedos y sus rubios caracoles se entrelazaron como la paja del sombrero. No me lo podía creer: la casa infestada de policías que, como cucarachas negras, corrían de un lado a otro. Afuera sólo se oían sirenas y llantos. Ella, tan pequeña, estaba tirada en el suelo con la vida arrebatada y los juguetes esparcidos por toda la habitación. Y a su hermana, ajena a la situación, sólo le preocupaba una cosa: ¿quién se quedaría con aquella cantidad de juguetes?

Autora: María Sirgo González
Título: Para su hermano pequeño, una letal epidemia bacteriana; para todos los demás, el aún más terrible virus del maltrato escolar

¿Puedo quedarme con sus juguetes, mamá?

miércoles, 18 de mayo de 2011

SEMANA 27.Toca jotas

Autora: María Sirgo González
Título: Lluvia destructiva

“Toca jotas”, malpronunció Tomás. En una mano sostenía el vaso de Whisky y con la otra sujetaba los naipes. Pocos segundos después, soltó un suspiro acompañado de unas palabras que, al menos, sonaron afectuosas.
Todo habría sido distinto si no hubiera aparecido ese desgraciado tumor. Seguro que, si ella aún estuviese viva, no llovería tanto sobre los tejados mohosos de esta ciudad. Desde luego, seguro que Tomás no se sentaría tan a menudo a mi lado para emborracharse desenfrenadamente.

Autor: Marco Muñoz Pérez
Título: A prueba de niños

“Toca jotas”, dijo el encargado. Simultáneamente señaló una esquina y algunos como yo fuimos trasladados a ella. Prosiguió la lista y, cuando todos los grupos estaban ordenados, empezamos a ser bruscamente agarrados y retorcidos. Se supone que estábamos preparados para esto. No era cierto: ahora me faltan varios miembros. ¡Qué suerte que mañana nos vuelvan a dejar como nuevos! Ser de la sección infantil de la biblioteca no es nada fácil.

Autora: Cristina Suárez Herrero
Título: El corte perfecto

-¡Toca jotas! Su color es perfecto, un rojo apagado que brilla con el oro líquido que cae suavemente sobre él.
-Sí, pero su textura es aún mejor. Un sabor salado, jugoso, y un corte fino. Esperaremos a que den el resultado final.
Las dos chicas se sentaron junto a los otros degustadores de esa temporada. Un hombre trajeado con chaqueta y pantalón negros y una espantosa corbata amarilla se subió al escenario y dijo:
-El ganador de esta temporada es “5 jotas”. Felicidades a los demás jamones y buen provecho.

Autora: Raquel Fernández Gallego
Título: Quien se pelea se desea

“Toca jotas”. Así llamamos a Cinthya a veces, porque en el típico juego de las latas en el que vas girando el cierre y diciendo el abecedario, cuando su cierre se desprende, siempre le toca la jota, la jota de Javi, y siempre se acaba enfadando porque le decimos que el destino nunca falla. Pero ella sigue alegando que no lo soporta y que ella es dueña de su destino. Aunque, claro, si no le hacemos caso al destino, podemos hacerle caso a ese famoso refrán…


Autor: Diego Chillón Pino
Título: Escuela

-Toca jotas. Ahora la a. recoge los papeles. Haz esta ficha…
Estaba hasta las narices de esa tirana asquerosa. Ya no la aguantaba más, así que cogí el teléfono de Pedro Picapiedra y se lo tiré a la cabeza. Se enfadó mucho y me vinieron a recoger papá y mamá. Al menos ese día no la vi más, pero tendría que verla el resto del curso.

SEMANA 26. Este gordo ocupa mucho lugar

Autora: Imane Dergual
Título: Matrimonio de oro

Este gordo ocupa mucho lugar. Cuando viene de su trabajo, me despierta al meterse en la cama y me deja un lugar muy pequeño; además, ronca mucho. Menos mal que trabaja todo el día y cuando viene ya estoy dormida. Detesto estar con él los fines de semana y en las vacaciones. Pero hay cosas que me encantan de él. Por ejemplo, su flamante tarjeta de crédito.

Autora: Nerea Vera Burgos
Título: Evacuación

“Este gordo ocupa mucho lugar en el avión. Con las reservas que tenemos, esta boca es demasiado grande como para alimentarla”. Discusión y movimientos bruscos de puertas acompañados de un leve grito. Ya están contentos: el vacío ocupa el avión.

SEMANA 25. Todos apretujados en aquel enorme congelador

FRASE DE COMIENZO:

Autor: Adrián Romero Guerrero
Título: Hielo

Todos apretujados en aquel enorme congelador, quietos, ni un solo suspiro, tan solo el aire resonando en las metálicas paredes.
Una avalancha de pisadas se aproximaba a la sala: el tanatorio se llenó de dolor.

Autor: Marco Muñoz Pérez
Título: El congelador siniestro

Todos apretujados en aquel enorme congelador. No era uno corriente: ahora todos los que residían dentro eran iguales. Tanto los barrenderos y cajeros como los grandes abogados que lo ocupaban tenían la misma importancia, el mismo trato, el mismo destino: una visita del forense.

Autora: María Sirgo González
Título: Polo Norte

Todos apretujados en aquel enorme congelador humano. Todos eran víctimas del accidente aéreo.
De golpe, me vi viajando por el espacio estelar, contemplando la grandeza del universo, como un astronauta más. Millones de estrellas me rodeaban y alguna estrella fugaz pasaba relativamente cerca. No tengo mucha idea, pero a lo lejos creí distinguir Saturno, la Osa Mayor y la constelación de Orión. A medida que se me pasaban los efectos del golpe, me sentía menos astronauta.

Autora: Sofía Moro García
Título: Un congelador extraño

Todos apretujados en aquel enorme congelador, vestidos de forma extraña, en pijama; todos asustados, temerosos de que algo pase… Yo sólo observo, aprendo de mis superiores y me limito a obedecer sin preguntar. Se oyen golpes, personas desplomadas en el suelo. Olvido. Vuelvo a llenar el congelador.

Autor: Jonathan Tadeo Leiva
Título: Consecuencias

Todos apretujados en aquel enorme congelador. Así estábamos. Se nos acababa el aire y cada vez estábamos más cerca de la muerte. Hiciéramos lo que hiciéramos, moriríamos. Uno por uno fuimos cayendo, como moscas. Primero, Fernández; después, González; tras él, i hermano. Me habría gustado reprocharle: “Te lo dije”. Y así, una larga lista de familiares y amigos hasta que me quedé solo. Entonces, silencio.



Autora: Lucía Sánchez Martín
Título: 13 de octubre de 1972

Todos apretujados en aquel enorme congelador como si de sardinas nos tratásemos. No recuerdo experiencia peor, la verdad. Nos apretujábamos los unos contra los otros en un inútil intento de conseguir unos grados de temperatura y buscábamos comida debajo de las piedras, literalmente. Aún no estoy seguro de qué llegó primero: el canibalismo, la desesperación o el ansia de supervivencia.

Autor: David Vives Kruse
Título: Locura violenta

Todos apretujados en aquel enorme congelador y, aunque el congelador fuera más grande, también se llenaría en poco tiempo. Esto es deprimente: cada día veo entrar muertos de personas que no merecían morir. Esto no parece un hospital, parece un cementerio. Yo espero el día en que termine la masacre. Y rezo a Alá para que Gadafi reflexione sobre sus actos.

Autora: Sara Urbaneja Delgado
Título: Una pequeña broma

Todos apretujados en aquel enorme congelador sin poder respirar aire puro. No sabíamos qué hacer: estábamos aburridos, pero a la vez tranquilos, pues sabíamos que pronto nos sacarían de allí. Nos pusimos a comer helado hasta hartarnos. Por fin, unos policías armados nos sacaron de ese congelador y nos llevaron a comisaría. Lo pasamos bastante mal, pero fue una tarde entretenida. Es lo que tiene ser un adolescente de 15 años…

viernes, 22 de abril de 2011

SEMANA 24ª

Frase de comienzo: Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura.

Autora: Lucía Sánchez Martín
Título: Érase otra vez

“Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura”. La madre cerró el libro y observó a su hija dormir tranquilamente. Sabía perfectamente lo que acababa de hacer y la conciencia la reconcomía por dentro. A partir del primer cuento de hadas no hay escapatoria: su hija sería otra víctima del príncipe azul que nunca llega.

Autora: Nerea Vera Burgos
Título: ¿Realidad o ficción?

“Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura se apartó de la princesa en cuanto vio su abultada barriguita”. La arropó y le dio el beso de buenas noches. No podía más: la historia familiar la superaba…

Autora: Raquel Fernández Gallego
Título: Y la princesa eligió a la rana

“Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura, un valiente príncipe que salvó a la princesa en apuros, el futuro rey más codiciado por su poder y belleza pide matrimonio a una vulgar costurera…”
Siempre imponiendo prejuicios y poniendo etiquetas. Ya es hora de cambiar, ¿no?

Autor: Jorge Arroyo Blanca
Título: Besos letales

Un apuesto joven a la que besó en los labios con dulzura fue el elegido por Pícara. Fue un beso fulminante: pasión y dulzura para sus labios, y veneno para su corazón.

SEMANA 23ª.

Frase de comienzo: Ella sabrá lo que hace

Autor: Adrián Romero Guerrero
Título: Noventa y ocho velas

“Ella sabrá lo que hace”, pensé. Cumplía noventa y ocho años y estaba como un roble. Sopló tan fuerte que despegó las llamas de las velas y la vida de su cuerpo.

Autora: María Sirgo González
Título: Cogito ergo sum

Ella sabrá lo que hace y lo que no hace, pero no me hará pensar que mi teoría no es válida: “Estás leyendo esto y vas a introducirte en mi mundo con pocas palabras. Pero tengo una verdad para contarte: somos nada en medio de la nada y eso… ¡nos hace completos! Somos pensamientos y, al pensar, nos hacemos físicos. Sí, puedes verlo. Estás terminando de leer esto, pero acabas de empezar porque logro abrir un pequeño espacio en tu mente que abarcará justamente cien palabras. Terminas de leer justo ahora. Comienzas a partir de aquí. Estás leyendo y, además, pensando. Eso te hace existir”.

Autora: Imane Dergual
Título: Idénticas

Ella sabrá lo que hace, siempre lo ha sabido. Yo no quiero que le pase nada malo, pero, bueno, ella sabe cómo hacer sus planes: los hace con tranquilidad y demasiada seguridad y entusiasmo. En cambio, yo estoy muy nerviosa, porque sé que, si sale algo mal, cargo yo con la culpa, aunque no haya hecho nada. Somos tan diferentes en nuestra forma de ser… Parece mentira que seamos gemelas.

jueves, 21 de abril de 2011

SEMANAS 20, 21 y 22

MICRORRELATOS SELECCIONADOS:

Frase de comienzo: Con este amargor tan extraño

Autor: David Vives Kruse
Título: Cambio de sentido

Con este amargor tan extraño, siento que me estoy hundiendo. No es en el mar ni en el río: es algo más ligero, es como el vacío. No sé si sentiré otra vez dentro de mí como si en primavera las mariposas empezaran a revolotear como locas; pero ahora en mi estómago no hay nada. No sé si volveré a sentir que alguien me importa más que mi vida. Desde que ella me dejó, no me siento el mismo.


Frase de comienzo: Totalmente

Autora: Marian Robles Algar
Título: Respuestas

−Totalmente – me dijo.
−Totalmente – le contesté.
−Totalmente – me contesté.
Maldito eco…

Autora: María Sirgo González
Título: Dudas existenciales

Totalmente inseguro de sí mismo, se colocó ante él.
“¿Quién eres?”, preguntó al espejo.

Autora: Cristina Suárez Herrero
Título: Japón

Totalmente destruido. Estoy confusa. Todo ha temblado. Oigo agua, mucho agua. El puente desaparece ante mis ojos, se destruye. El coche no va: me asusto. Las casas se mueven. El mar se ha apropiado de todo. Giro la cabeza y veo una gigantesca ola que viene hacia mí. Ahora soy yo la que tiembla.


Frase de comienzo: A mi mujer no le gusta que le fastidie sus estrategias

Autor: David Vives Kruse
Título: La estrategia

A mi mujer no le gusta que le fastidie sus estrategias y, cuando se las fastidio, se enfada. Pero se enfada no hablándome y dejándome sin cena. Por eso, cuando quiero ir con mis amigos a cenar, le fastidio sus estrategias. Me voy a cenar y luego mi mujer no me pregunta porque sigue enfadada. Esa es una gran estrategia.

Autor: Adrián Romero Guerrero
Título: Blanco y negro

A mi mujer no le gusta que le fastidie sus estrategias, pero, haciendo caso omiso, me dirigí como un soldado a la línea de batalla, como un loco con un cuchillo, como un asesino caminando silenciosamente. Solo al final pude esbozar una sonrisa y exclamar: “¡Jaque mate!”

Autora: Lucía Sánchez Martín
Título: Enroque

A mi mujer no le gusta que le fastidie sus estrategias. Si le muevo un centímetro alguna pieza del tablero, ya viene gritándome y jurando en hebreo. Últimamente sólo sale de su despacho para cenar y a veces ni eso. Estoy empezando a temer que la reina y ella tengan algún lío…

viernes, 11 de marzo de 2011

19ª SEMANA. ¿Por qué me mira así?

Autora: María Sirgo González

Título: Paradoja

“¿Por qué me mira así?”. Me desperté sobresaltada por los gritos, bañada en sangre con un puñal clavado en el medio de mi pecho. “Menos mal”, me dije “es sólo una realidad”. Y seguí durmiendo.

Autora: Cristina Suárez Herrero

Título: En el Louvre

¿Por qué me mira así? No pensé que su mirada me iba a cautivar tanto. Llevaba muchos años viendo su fotografía en un papel, en libros, en Internet, pero verla de cerca merece la pena tan largo viaje. Al mirarla no sé si siente felicidad o tristeza. Lo que sí causa es admiración.

Autora: Teresa Terrón Rodríguez

Título: Se busca cajera

− ¿Por qué me mira así? Ah, ya. Estoy acostumbrada: me miro todos los días en el espejo. Ellos no me suelen ver, pero eso va a cambiar, porque ya es hora.
No deja de mirarme… se me está haciendo la cola más larga de mi vida, pero merece la pena. Te cuelgo, es mi turno.
− Buenas, lo rellena y lo mete en el buzón aquel.
− Gracias.
La señora tras el mostrador ríe, disimula tosiendo.
Camila se acerca al buzón y alarga la mano, se pone de puntillas, pero todo es en vano. Entonces tira el formulario y el trocito de periódico.
− Hubiera sido mejor no perder tiempo en salir de casa.

Autora: Imane Dergual

Título: Paranormal

− ¿Por qué me mira así? ¿Hay alguna cosa que quiera decirme? Porque, si no, deje de mirarme así, es incómodo – dijo Elizabeth como respuesta a la mirada tan extraña y aterrorizada del señor que estaba en la puerta del ascensor. Después, entró en su departamento. Todo estaba oscuro; ella estaba agotada y tenía dificultad para andar; arrastraba los pies y se sentía como alguien que acaba de levantarse de su tumba.
Encendió las luces, se vio reflejada en el espejo, y entonces entendió la mirada del señor de antes: estaba medio descompuesta porque de verdad acababa de levantarse de su tumba.


Autor: Marco Muñoz Pérez

Título: Nueva amistad: la soberbia

¿Por qué me mira así? Últimamente está muy raro. Ha cambiado mucho. Las malas influencias le están deformando su forma de ser. No es como antes. Habrá que bajarle los humos. “Joaquín, baja a ponerte una amonestación”.

Autora: Bárbara Tello Durán

Título: Ella

¿Por qué me mira así? Quizás es porque se siente decepcionada. No dice nada, pero sus infinitos gestos de preocupación lo dicen todo. Cómo intenta aguantar las lágrimas, al igual que una nube contiene la primera gota, hasta que las deja resbalar por su mejilla, y entonces unos fuertes relámpagos de emociones fracturan el silencio. Quizás lo peor que puedes hacer es ocultarle a tu madre algo así…

lunes, 21 de febrero de 2011

Semana 18ª Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa.

Autora: Lucía Sánchez Martín

Título: Nueva generación

Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa, ahora pasamos más tiempo juntos fuera. Por el día le acompaño al centro de desintoxicación y por las noches nos vemos en el club. Si yo estoy libre, nos vamos a una de las suites. Si no, se queda tomando algo. Hasta ahora las cosas han marchado bien así, menos cuando lo veo riéndose con alguna de mis compañeras, ya que los celos nos hacen discutir.
Hoy, uno de los clientes me ha preguntado por el moratón de la cadera. Espero que no se haya quejado al jefe…

Autora: Marian Robles Algar

Título: Cambio

Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa. No coinciden las sonrisas, las lágrimas, las miradas, sean tristes o alegres; no coinciden los momentos, no coinciden los gustos, no coinciden las opiniones, no coinciden los sueños no coinciden las metas, las expectativas. No coincide lo que sentía con lo que siento.

Autora: María Sirgo González

Título: Una urna en la estantería

Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa. Aunque no lo tuviera tampoco coincidiríamos. Son las dos de la tarde y acabo de ponerme el pijama, ya me voy directa a la cama. Hoy ha sido un día muy duro de trabajo. Me cae encima como un jarro de agua fría y no puedo hacer nada. Me despierto como siempre, a las cinco, soñando que sigue aquí conmigo. Ya no me doy cuenta de que los días no son lo que antes eran. Y de que ya no duermo para descansar, últimamente duermo para soñar con él; para vivir. Mi vida es la mentira, mi sueño… la verdad.

Autor: Antonio David Ramírez Díaz

Título: 016

− Desde que tengo turno de noche, apenas coincidimos en casa.
− Es que no me apetece: tus amenazas cada vez me duelen más.

Autor: David Vives Kruse

Título: El turno de tristeza

− Desde que tengo turno de noche, apenas coincidimos en casa – le dije serio.
− Pues entonces deberías cambiar – me dijo ella.
Miré confuso a mi esposa. Siempre la entendía, pero esta vez se quedó corta. Esperaba que dijera algo más, pero se quedó callada.
− Pero, ¿Qué cambie de trabajo o de turno?
− No. De mujer.

Autora: Sara Varela Serrano

Título: Ambición

Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa y esto está deteriorando nuestra relación.
Mis miedos eran ciertos: económicamente vivimos mejor, pero el precio es alto. Ya no tenemos tiempo para nosotros, y todo por la ambición de tener más y más. Deberíamos organizarnos mejor o la batalla la ganará el dinero y no el amor. En los cuentos, el príncipe azul siempre gana, pero en la realidad el villano a veces puede más.

Autora: Bárbara Tello Durán

Título: I would like…

− Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa.
Tan seguida dijo la frase que se juntaron las letras con la salsa del cordero y el pan.
Se miraban mientras comían. Ella se escondía entre bocado y bocado: evitaba toda clase de preguntas relacionadas con su trabajo de noche. Él nunca podría saber lo que urdía cada noche, para ella, fantasiosa noche.

Autor: Josh Peters

Título: Adiós

“Desde que tengo turno de noche, apenas coincidimos en casa. Y cuando coincidimos, pasan desgracias: el lunes te pilló un coche, el martes te cayó un rayo, el miércoles te caíste por las escaleras, el jueves se murió tu abuelo y hoy, viernes, te dejo”. Y cayó al suelo desplomado.

Semana 17ª. Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa.

Autora: Lucía Sánchez Martín

“Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa”. Así reza el cartel que colgaron cincuenta años atrás, el cual ha perdido el color amarillo chillón que en sus tiempos lo caracterizó. El cristal de las taquillas está roto y las paredes desconchadas, apenas sin pintura. Todavía recuerdo las tardes de invierno pasadas con ella en el interior de este viejo cine que hoy mira la calle con recelo, como un abuelo vigilando a sus nietos desde lejos.
─ Costará mucho arreglar todo esto… – sus ojos siguen brillando como entonces y aún hoy me siguen dando fuerzas.
─ Nadie dijo que fuera a ser fácil.

Autora: Laura Cruz Amaya

Título: Cola

─ Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa – dijo la dependienta con el ceño fruncido.
Llevaba treinta y siete minutos en la cola y otra vez tendría que esperar. No dije nada, sólo suspiré. Calculé el tiempo que me quedaba: tenía aún diez minutos para llegar a mi destino. Las manos me sudaban.
Quedaban tres minutos. Me preguntaba si alguien me echaría en falta en el partido. Un minuto. Salí lo más rápido que pude, a toda velocidad. Cogí el coche. Una curva, un descuido, un derrape, un segundo es lo que hace falta para quedarse en el recuerdo.


Autor: Adrián Romero Guerrero

Título: Negocios

─ Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa.
Él sonrió. Siempre ha sido el mejor postor, desde joven.
Un pesado maletín se desprendió de sus manos. Sayid recogió a la joven, tapada por el velo. El negocio familiar le ha convertido en lo que es ahora.

Autor: Josh Peters

Título: Maldita cajera

─ Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa – dijo la cajera que cerraba su caja.
En ese momento pensé: “¿Por qué tengo que pagar? No quiero pagar; esta mujer quiere matarme, seguro”.
─ ¡Déjeme en paz! – grité.
Entonces empecé a pegarle en la cara, porque no quería que me hiciese daño. Fue defensa propia. Después, los guardias me confundieron con la cajera asesina y me llevaron a la cárcel. ¡Están locos! ¡Me confundieron con la cajera!

Autora: Marian Robles Algar

Título: La espera

“Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa”. La verdad es que no me importaba. Junto a él podría permanecer toda mi vida, es parte de mí. Tiene los ojos azul cielo y los labios carnosos. Se le veía tan contento, tan feliz. Lo normal, casi siempre lo está. Mientras esperamos, le saco el biberón: empieza a tener hambre. Es una espera larga.

viernes, 11 de febrero de 2011

16ª SEMANA. Y se la tuvo que llevar

Frase de comienzo: Y se la tuvo que llevar

Autor: David Vives Kruse

Título: Feliz cumpleaños…

Y se la tuvo que llevar: cogió la bici roja y la colocó en la baca de su coche. El dependiente se despidió de ella y entró en la tienda. Ella entró en el coche y pensó en la cara que iba a poner su sobrino al ver que no iba a tener la bici azul que quería para su cumpleaños.

Autor: Marco Muñoz Pérez

Título: Una buena adicción

Y se la tuvo que llevar, en la mano. A ella y a todos sus amigos. Y a sus padres y a sus familiares, tíos, abuelos, incluso su casa. Todo. No sabía por qué y, claro, se preocupó. Entonces fue al médico. Y este le dijo: “Tranquilo, no se preocupe, usted tiene lo que llamamos una profunda adicción a la lectura”.

Autora: María Sirgo González

Titulo: Sueños

Y se la tuvo que llevar de aquel extraño lugar como cada noche, sus ruegos y llantos acabaron convenciéndolo. Sentía algo especial por ella, pero se obstinaba en no aceptarlo. Y se despertó completamente solo en la cama, como cada mañana.

Autora: Lucía Sánchez Martín

Título: Un trabajo duro

Y se la tuvo que llevar pese a las demoledoras súplicas que la instaban a hacer lo contrario.

─ ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Ven aquí, por favor! – Los gritos de la pequeña se hacían hueco entre los millones de lágrimas que empapaban su inocente carita. Cada una era una razón más para dejarla correr de vuelta a casa. – ¡Mamá! ¡Papá! ¡Tengo miedo, mamá!

La sujetó un poco más fuerte y la montó en el coche. Al atarle el cinturón, pudo ver varios moretones en su brazo. Al levantar la cabeza y ver de nuevo la cicatriz de su cara, estuvo segura de que estaba haciendo lo correcto.

15ª SEMANA. La bala, en la sien

Frase de comienzo: La bala, en la sien

Autora: Lucía Sánchez Martín

Título: Frío

La bala, en la sien. Una sonrisa macabra se formó en su rostro. El cadáver aún parecía respirar bajo sus pies. Se paró unos segundos más delante de él, lo observó y se sintió satisfecha de sí misma. Dio media vuelta, recogió su copa de champán y salió al jardín. Estaba lloviendo.
Rodeada de rosas rojas, miró una vez más atrás y vio correr la sangre por la alfombra del salón como persiguiéndola, como si pudiese darle alcance, vengativa. Dio un sorbo, se arregló el cuello de la chaqueta y salió de la casa, completamente feliz.

Autor: Adrián Romero Guerrero

Título: Casquillos

La bala, en la sien. El cilindro de cobre bailó sobre las baldosas de mármol al caer en aquella vieja azotea. La sombra bajó por las escaleras. Olor a mar, un estruendo en el muelle. No había cadáver, ni sangre. Tendría que explicárselo a Ed.

Autor: Diego Chillón Pino

Título: Pedazos

─ ¿La bala? En la sien.
─ Los brazos…
─ En algún punto del lago.
─ ¿Y el resto del cuerpo?
─ En la playa.
─ Buen trabajo.

Autor: Raquel Fernández Gallego

Título: Un experto en conexión

La bala, en la sien, la del último beso, la que falló el amor. La flecha, en el corazón, la del primero, la que el famoso angelito acertó…

Autor: Marco Muñoz Pérez

Título: Solo una obra, aparentemente

La bala, en la sien. Todos disimularon sobre el escenario, como si formara parte del espectáculo incluso la sangre que bañaba el decorado de la obra.


Autor: Bárbara Tello Durán

Título: Situaciones paralelas

La bala, en la sien incrustada, en lo más profundo del cráneo. Una gran mancha impregna todo de color rojo. Él se encontraba en la misma situación, incrustado en lo más profundo de una insólita ciudad. Una gran mancha de indios lo rodea. Siente que lo persiguen. Mira, no ve a nadie, oye ruidos siniestros. En ese mismo instante, Guillermo pulsa el botón “Pause” y va a merendar. Le rugen las tripas.

Autora: María Sirgo González

Título: Todo lo que nace se apaga

“La bala, en la sien. Calle principal a las siete y cuarto de la tarde. El nombre no te interesa. Tienes la foto”. Ya tenía cómo, quién, dónde y cuándo, pero me faltaba el porqué. Esto de ser asesino a sueldo no me parece un trabajo limpio.

Autor: David Vives Kruse

Título: No es un juego

La bala, en la sien; recargo munición, luego en el brazo, luego en la pierna, luego en el abdomen… Ya no aguanta más y se desploma en el suelo.
─ Buen trabajo – me dice el teniente.
Yo sonrío con aires de superioridad, y me voy.
─ ¡Volved a colocar el muñeco! – grita el teniente –. Francisco, hora de lucirse.

sábado, 29 de enero de 2011

14ª semana. Todo el mundo sabía que era una mujer bala

Autora: Imane Dergual

Título: Memoria perdida

Todo el mundo sabía que era una mujer bala. Todo el mundo, menos ella. La estaban mirando de una forma extraña y ella estaba curiosa y no sabía lo que pasaba a su alrededor. No sabía nada, no sabía dónde estaba, quiénes eran esas personas y ni siquiera su nombre. Le sangraba la cabeza.

Autor: Adrián Romero Guerrero

Título: Cañones

Todos sabían que era una mujer bala, menos yo. No sé si es que siempre llego tarde o, simplemente, me excluyen.
La mujer que más me ha dado en la vida se ha ido. Supongo que guardaré su traje en el armario.

Autora: María Sirgo González

Título: Gracias

“Todo el mundo sabía que era una mujer bala”. Esa era la frase de su lápida. En efecto, mi mamá lo era.

13ª semana. (Más tarde, con el tiempo,) plantaremos un árbol

Autora: María Sirgo González

Título: Si yo, tú

Más tarde, con el tiempo, plantaremos un árbol, escribiremos un libro y tendremos un hijo, pero siempre juntos. Quiero desarrollar una historia donde el desenlace seamos nosotros. Donde tú y yo estemos orientados aunque no conozcamos el camino. ¿Por qué? Porque el amor es como don Quijote, que tan solo recobra la cordura para morir.

Autor: Adrián Romero Guerrero

Título: Sangre de tu sangre

─ Plantaremos un árbol – le dije.
─ ¡Y también podemos publicar nuestra novela! – me contestó.
Nos miramos. Parecía ridícula la conversación, nunca conseguiremos superar la muerte de Carl.

Autora: Nerea Vera Burgos

Título: Últimas horas

─ Plantaremos un árbol gigante en mi habitación que tenga hojas rosas, y después constrúyeme un iglú en el jardín en el que pueda echarme la siesta tranquilo.
─ Papá, por favor. Ven, échate aquí y descansa.
Hoy el dolor era insoportable; hemos tenido que duplicar la dosis. Todo esto se acabará pronto.

Autor: Octavio M. Villa Dans

Título: Novedades

“Plantaremos un árbol en el jardín, mamá”, dijo Pablo.
“¡Pero tú eres tonto! El jardín es de cemento”, dijo su madre.
Y Pablo tocó con su bastón el suelo, tanteándolo, y asintió. Después subió desilusionado a su habitación.
“Todavía no está acostumbrado a la casa nueva ni a su ceguera”, pensó la madre.

Autora: Luisa Guzmán Hermoso

Título: Un simple sueño

Plantaremos un árbol que vuele, cante, baile, nos proteja, luche contra villanos y sea nuestro amigo.
─ Niños, despertad, que llegamos tarde.
─ Mamá, ¿los árboles pueden volar?