sábado, 29 de enero de 2011

14ª semana. Todo el mundo sabía que era una mujer bala

Autora: Imane Dergual

Título: Memoria perdida

Todo el mundo sabía que era una mujer bala. Todo el mundo, menos ella. La estaban mirando de una forma extraña y ella estaba curiosa y no sabía lo que pasaba a su alrededor. No sabía nada, no sabía dónde estaba, quiénes eran esas personas y ni siquiera su nombre. Le sangraba la cabeza.

Autor: Adrián Romero Guerrero

Título: Cañones

Todos sabían que era una mujer bala, menos yo. No sé si es que siempre llego tarde o, simplemente, me excluyen.
La mujer que más me ha dado en la vida se ha ido. Supongo que guardaré su traje en el armario.

Autora: María Sirgo González

Título: Gracias

“Todo el mundo sabía que era una mujer bala”. Esa era la frase de su lápida. En efecto, mi mamá lo era.

13ª semana. (Más tarde, con el tiempo,) plantaremos un árbol

Autora: María Sirgo González

Título: Si yo, tú

Más tarde, con el tiempo, plantaremos un árbol, escribiremos un libro y tendremos un hijo, pero siempre juntos. Quiero desarrollar una historia donde el desenlace seamos nosotros. Donde tú y yo estemos orientados aunque no conozcamos el camino. ¿Por qué? Porque el amor es como don Quijote, que tan solo recobra la cordura para morir.

Autor: Adrián Romero Guerrero

Título: Sangre de tu sangre

─ Plantaremos un árbol – le dije.
─ ¡Y también podemos publicar nuestra novela! – me contestó.
Nos miramos. Parecía ridícula la conversación, nunca conseguiremos superar la muerte de Carl.

Autora: Nerea Vera Burgos

Título: Últimas horas

─ Plantaremos un árbol gigante en mi habitación que tenga hojas rosas, y después constrúyeme un iglú en el jardín en el que pueda echarme la siesta tranquilo.
─ Papá, por favor. Ven, échate aquí y descansa.
Hoy el dolor era insoportable; hemos tenido que duplicar la dosis. Todo esto se acabará pronto.

Autor: Octavio M. Villa Dans

Título: Novedades

“Plantaremos un árbol en el jardín, mamá”, dijo Pablo.
“¡Pero tú eres tonto! El jardín es de cemento”, dijo su madre.
Y Pablo tocó con su bastón el suelo, tanteándolo, y asintió. Después subió desilusionado a su habitación.
“Todavía no está acostumbrado a la casa nueva ni a su ceguera”, pensó la madre.

Autora: Luisa Guzmán Hermoso

Título: Un simple sueño

Plantaremos un árbol que vuele, cante, baile, nos proteja, luche contra villanos y sea nuestro amigo.
─ Niños, despertad, que llegamos tarde.
─ Mamá, ¿los árboles pueden volar?